"EL GRITO" de Edvard Munch
Tomado de http://portaleureka.com/accesible/images/stories/articulos/arte/elgrito.jpg |
La influencia de la vida de Munch en su obra fue decisiva, y es que este pintor, de formación autodidacta y familia humilde, vivió momentos muy difíciles en su infancia, además de padecer una vida llena de insatisfacciones, en donde el fracaso con las mujeres, el desagrado de una sociedad parisiana aburguesada y sus problemas con el alcohol, junto con su carácter depresivo e introvertido lo llevaron a refugiarse en sus cuadros y a finalmente fallecer en 1944, tal y como había vivido siempre: solo.
"EL GRITO" (y lo denomino así por denominarse a hoy en día las mayúsculas como tal), resulta
ser el gesto más expresivo del arte contemporáneo para significar el gran desaliento que el hombre moderno sentía ante el fin de siglo y la transición al siglo XX. Munch nos habla de sus sentimientos cuando pintó esta obra: "Estaba allí, temblando de miedo. Y sentí un grito fuerte e infinito perforando la naturaleza". Estas frases tremendas nos hablan de una hipersensibilidad del autor que con la realización de este cuadro se convierte en altavoz de la angustia existencial que caracteriza el pensamiento contemporáneo en alguna de sus facetas.
Es necesario, entonces, aclarar que si bien la obra no pertenece al movimiento expresionista del mismo Kandinsky, se encuentra clasificada como tal, por el mismo hecho de dar una noción de la realidad por parte de Munch; en esta caso de su realidad frente a la vida.
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